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jueves, 22 de marzo de 2012

Sonó de nuevo el teléfono...




"No esperes que valore tu presencia quien no sintió tu ausencia"
carmeloti



Hola X;

Me sorprendió que adivinases el porqué de mi seguridad, me estuve riendo como nunca al leer tus palabras; - “c. no tienes arreglo, sin duda eres ese raro ser que se mete entre la piel y el alma, aunque siempre acabas huyendo, espero que planearais juntos que hacer cuando te entre el pánico a ser o necesitar de alguien, porque planear contigo el futuro es hacer un plan de veinticuatro horas incluidos los de emergencia, alternativos y todos aquellos que se puedan considerar b.”-.

-¿No consideras que es el momento oportuno para cambiar tu argumento conmigo?, al leerlas ó mejor dicho al solo intuirlas en tus correos, me las salto siempre, porque me las sé de memoria y me suenan a letanías. Y tú me conoces bien, por mucho que me digas, me cuente, me aconsejan o lo intente, acabo haciéndolo siempre… aceptémoslo hay pies que prefieren andar descalzos a estar acomodados en unos zapatos. Aunque me fascinen los tacones, tenga debilidad por las botas altas, las sandalias me limpien la cuenta corriente… siempre acaban haciendo rozaduras en el corazón o al mirarlos me asfixio porque me aprietan tanto que no veo futuro, no veo claro que camino puedo recorrer con ellos y cuanto podrían soportarme ellos a mi. Y sí, igual debería hacerte caso alguna vez y cambiar de cuento, dejar a Blancanieves a un lado con tanto enanito para cuidar, por el de la Cenicienta y encajarme en un zapato que me ajuste bien… ¿sabes que no creo en zapatos de cristal?

Quizás te sorprenda, prometí contarte que pasó con el chico de la cafetería, con el poema de E.E.Cumings, te imagino con los ojos abiertos de par en par bebiéndote mis palabras, intentando saber que pasó y estás tan acelerada que realmente ahora podría estar hablando de lo sagrado y profano que no me estarás leyendo sino intentando saber que pasó… Tú si que no cambiarás nunca, tu adicción a empezar por el final, a vivir el presente a tanta velocidad que eres incapaz de ver que está pasando. A veces casi sin ti y lo peor es que es justo cuando te toca ser la protagonista de tu vida, acabas confundiendote con un personaje más…

No sé como vas a ingeniártelas en tu próximo libro, aunque tratándose de ti no me impactaría ya nada. Eres tan explosiva que podría empezar por el capítulo ocho a leer, seguido del segundo y al llegar al final saber cómo, cuándo y quién fue el responsable que te causó tanto dolor para que sigas en ese bucle literario ó solo sea un juego más con la mente de tus lectores…


Sonó el teléfono, era la quita vez esta tarde, -c, se levantó sin terminar de escribir con la molestia de quien está imbuido en su mundo y no quiere salir ni encontrar la salida-, cada vez que sonaba se le encogía la tripa, -¿será él?, ¿será la noticia que está esperando?-, … Llego al salón asfixiada a pesar de estar a solos unos metros, se prometió que algún día dejaría de fumar, aunque mientras lo hacia se sonreía – a quién pretendes engañar c. se burlaba de si misma con un gesto que solo ella sabía ironizarse-. Cogió el teléfono y al mirarlo, -NUM SIN IDENTIFICAR-, se giró sobre sí misma y se dirigió hacia la cocina dejando que sonase.

Fijó su mirada en la cafetera, -que locura comprar una cafetera rosa de lunares pensó, bueno no menos que sus gafas de pasta verdes-, era el momento de otro café para meditar que hacer si sonase por sexta vez… Mientras salía el café hojeando el periódico, todo le resultaba diferente, como si las letras bailaran para ella, era incapaz de contener la risa al ver la cartelera, de nuevo estaban allí todos sus recuerdos juntos, enredados, las veces que habían planeado ir a verla cuando la estrenasen, que sin haber ido ya la había vivido de mil formas diferentes.

Al olor de café como autómata, su taza lista para volver al correo que había dejado a medias, si algo realmente la frustraba era no acabar lo que había empezado, o dejarlo a medias, justo la sensación que tenía cuando se acordaba de aquella noche, donde ni dijo, ni escuchó, solo un portazo que la llevó al invierno más frío, pero ahora ni ese recuerdo la ensombrecía porque era primavera por dentro y por fuera. Los almendros hace tiempo que florecieron para ella, y hoy era luna nueva.



…he pensado que podríamos quedar hoy X., y te cuento la tarde de la cafetería mejor con un Chardonnay entre risas,  te espero en la misma terraza de siempre  y aprovecho para llevarte las fotos de la luna que te prometí, no te olvides mi libro, el de Guerra y Paz, el otro quedatelo ya no tiene ningún sentido en mi vida.

Te llamaré antes de salir de casa por si no lo lees el correo.

Un beso
c.


Cerró el portátil. Se miró las uñas complacida de ese rojo pasión, se levantó con su taza en la mano a escoger que zapatos se pondría, el resto ya vendría por añadidura…

Sonó el teléfono por sexta vez...

carmeloti



jueves, 8 de marzo de 2012

¿Me has regalado la Luna?

Me regalaste la luna, cuando menos creía en su brillo
y a esta la llamaste "carmeloti norte"

"carmeloti sur" incendió mis ganas de volver a creer, reconstruí mis alas una vez más, y me empujó al vacío, EMPEZÓ MI VUELO...


..Nunca tuve más ambición que ser copropietaria de la Luna, hoy la tengo
Siempre me conforme con los despojos de mi misma, ahora entera para mí me tengo
Eterno me suena a imposible, lo efímero a continuo, en esas y otras excentricidades, cada día construyo mi SUEÑO.
Tan norte como sur, tan de extremos encontrados como cohesionados en una misma Luna Nueva en comunión, que ya no me invento, porque ya la tengo…


De corazón y con el alma prendida a aquello que me une a todos los lunáticos que queremos absorber y quedarnos con Ella, preñarnos de su luz y contagiarnos de sus misterios, enigmas, creando, inventando, haciendo posibles escenarios con historias que solo allí podrían pasar, soñadores inconclusos, embajadores de fantasías, íntimos de duendes, musas, endiablados bufones -que nos empujan al vuelo más allá de los límites establecidos, rompiendo reglas e inventando leyes solo vigentes en nuestros códigos no establecidos, tácitamente no aprobados, sin jueces y abogados de lo imposible- y quién sabe cuantas tribus lunáticas podemos concebir las mil mentes que copulamos con Ella, enemigos de la muerte y ella vemos a otra inspiración, que danza o se zafa de rufianes, mercaderes de materia que no sacia, especuladores de ideas que no florecen, porque adormitan al intelecto prometiéndoles una felicidad deshabitada.

Lunática de profesión, de nacionalidad también y ahora la dueña de Luna carmeloti, con su norte y con su sur que llevan mi nombre, el más yo y quizás por el único por el que merece la pena conocerme.

Realidad o fantasía, es la mía, -MI LUNA-.



                                                                                                                  carmeloti

*Blancanives está donde siempre, las gafas verdes ahora son mi amuleto y mi taza reflejada en tu texto

jueves, 1 de marzo de 2012

...el miedo, no es para nosotros...

"El futuro es sólo una ilusión, pero no sabemos vivir sin ella"
A. Einstein

 c. no era capaz de calcular cúanto hacía que no se regalaba una tarde…llevaba tiempo olvidándose de ella y de sus sentimientos, hasta el punto de no saber o simplemente ocultándose de sí misma en mil pieles para cobijar problemas ajenos, su adicción fatal a ellos, sin más y porque le gustaba experimentar los límites, a pesar de los desgarros provocados seguía en el empeño de hacer de su mundo sentimental, un universo que girase en torno a todo aquel que quería formar parte de este juego, manual o vademecum, sin ninguna intención a priori, el laberinto donde moría cada cierto tiempo.

Esta tarde sería para y por ella, preparó su mesa a modo de altar, -quitó cada una de las revistas que a saber de qué temporada serían, quitó las flores marchitas del florero-, abrió de par en par la ventana, - la luz de sol la hacía fuerte y sentir el aire en su cara era un estímulo-, para empezar a disfrutar de letras ajenas, de su música y escribir todo, sin censuras.

Encima del escritorio que llevaba meses siendo un cementerios de sus ilusiones, solo su portátil, lo miró y se dijo a sí misma;
- c eres muy mayor para tener una Blancanieves en la tapa de tu aliado…, y que más da, si a tí realmente te gusta, sigues empeñada en complacer al resto del mundo. Olvidate por un momento y vivíte tú...
¿Qué más puedo pedir?-se preguntó mientras se ponía sus nuevas gafas verdes-. Un café a mi gusto, en mi taza favorita, Nine Simone cantando solo para mi,-empezó a reír a carcajadas-, al darse cuenta que lo difícil que le resultaba complacerse sin tener que dar explicaciones.

Se sentó abrió el portátil con una ceremoniosidad que parecía tratarse de un ritual, antes de empezar leería su correo, no podía vivir sin estar en enganchada al sentimiento que la unía a todos los que formaban el enredado mundo de c. Entre los diez correos que tenía sin contestar encontró una que la dejó sin respiración…

Para c.

Yo te sueño y vivo épicas caminando a tu lado, mientras escribes en silencio con tus pestañas, cuentos de princesas malogradas en laberintos. Mis batallas se extinguieron cuando tú impactaste desde el espacio profundo arrasando mi mundo.

Dime que el tiempo lo puso el destino, para subirnos juntos en un recodo del camino, mordiendo tu cuello, envenenándome con coraje y afrontar esta encarnizada lucha de corazones y preguntas.

No soy como el resto. Una chispa de distinción, un lucero lejano con un no sé qué. Tú, alma infinita, brillo gamuza de terciopelo tejida con palabras. Al menos, saltemos al vacío porque el miedo, es para los demás.
Antes de ti, no había nada. Vacío. Y ambos nos extinguiremos con el último de los soles. No podré no estar porque siempre existí, y tú para mí, aun derivada en estrella fugaz, caprichosa. Después quedará el polvo mordido por nuestros labios y cicatrices de manos abrasadoras y dedos clavados en nuestras espaldas.

Eres, un abrazo bendito y piadoso, lágrimas en almohada de seda bálsamo para un alma de guerrero, mente espiral para manos hermosas y pacientes, juntas y dobladas cual pequeño cuenco donde acunar tus pies enérgicos y calmar tus llagas de corazón turbio.

Crines de hierba clavadas en piel amarga y luchadora, cubierta de un sino profundo y enigmático tendido al sol. Por blando y callado, mi silencio abrigo, y mis manos, pomada de princesa que te cubre plena y por siempre.
Librándote del mal.


Al terminar, c. era un ovillo en su silla, no entendía como sin conocer a esta persona podía leer por primera vez lo que esperaba escuchar algún día de viva voz, que endiabladamente enrevesada era la vida, ni tan siquiera lo conoces y solo sabe de tí por que escribes-se dijo mientras bebía el último trago de café- …

En su cabeza se quedaron retumbando las frases. …No soy como el resto… Antes de tí no había nada…Saltemos al vacio…

                                                       carmeloti